Mi primer troll de Twitter

Últimamente estamos viviendo una oleada de trolls los padres y madres que pertenecemos a la comunidad de Madresfera. Todo empezó con trolls muy suaves como el llamado Expediente M, al que le siguió Azote Bloguero y, finalmente, otro al que ni siquiera voy a mencionar por el alto nivel de maldad que había en sus tweets. Ayer apareció otro nuevo y en esta ocasión me tocó catar a mi, creía que me iba a encontrar o algo pero ha dado con un hueso duro de roer. Troles a mi, a estas alturas, madre mía...

Ayer nos levantamos con la noticia, mi mujer me avisa estoy enfadada porque ha aparecido un troll y me está atacando. Mi primera reacción fue decirle que no le hiciera ni caso, que sería de nuevo otro aburrido. Supuestamente los anteriores se solucionaron porque se encontró al "culpable", en mi opinión no es más que una cabeza de turco y el que está detrás de todo esto se está riendo de lo lindo de todo. El nuevo troll sigue el mismo patrón y quiere hacer creer que sigue siendo la misma persona a la que se le ha cargado todo el muerto, pero tontos aquí no somos ninguno.

Al rato nos dimos cuenta que a mi también me había atacado (a mi no me saltó ninguna notificación pese a mencionarme) y con la misma acusación que a la de mi esposa. ¿Nuestro pecado? Según el personaje este haber criticado a Madresfera y seguir dentro. Yo el único punto de confrontación que encontré con la plataforma, más que con la plataforma con uno de sus miembros destacado, fue la famosa polémica del comentario de Sunne, sin más.

Ayer me gustó mucho un tweet de Mamá Tribu (podéis seguirla pinchando en el nombre que suelta verdades como puños) en el que decía lo siguiente: "Pertenecer a una comunidad bloguera no significa que estés de acuerdo con todo lo que allí se hace/dice... A ver si maduramos un poquito". Gracias Mamá Tribu por este gran punto de cordura que diste al día de ayer y del que todos deberían aprender, que estamos un poco limitaditos.

Lo que más rabia me da es que las personas que quieren forzarte (aconsejar, te dicen que es lo más coherente sino estás de acuerdo con cosas, te venden que es lo lógico, etc.) son personas que llevan mucho tiempo chupando del frasco de Madresfera, han crecido gracias a la plataforma y se han aprovechado de su visibilidad hasta que han querido. ¿Por qué yo ahora no puedo hacer lo mismo? Mi blog está empezando, Madresfera te da la oportunidad de llegar a más gente y que te conozcan y, aunque haya cosas que no te gusten, si te compensa pues te quedas y punto, que no pierdes nada. Yo he notado que cuando Madresfera me ha publicado en Twitter he tenido alguna subida de visitas, pero esta es mayor si el post es más o menos interesante. Al fin y al cabo, que Madresfera me de publicidad en su Twitter no sirve de nada si lo que he escrito es un truño o no llama la atención de la comunidad.

Lo peor es que yo el tema lo comenté por un pequeño hilo en Twitter y con personas muy contadas, por lo que el troll este nuevo está más cerca de lo que pienso. Tener un troll de alguien al que le caes mal es totalmente predecible, pero saber que tienes el enemigo escondido en falsas buenas relaciones es lo que acojona más. Me da absolutamente igual lo que piense todo el mundo, haré lo que quiera y cuando quiera, y si no et gusta pues ya sabes donde está la puerta.

Ayer hubo un momento que planteé mandar todo a la mierda, a tomar viento el blog, a tomar viento Yo No Compro Pan, Madresfera y todo lo demás. Sabía que al entrar en la blogosfera maternal encontraría muchos temas sobre niños chicos, pero no sabía que también estarían escritos por auténticos niños del parvulario. Estas tonterías las vivía uno en el patio del colegio, lo que menos esperaba era encontrarla entre un público tan adulto y con responsabilidades tan serias como la de dar una educación a sus hijos.

Querido troll siento comunicarte que no será así, seguiré aquí y seguiré en Madresfera por mucho que te joda (y usando el hastag hasta que me lesione los dedos). Ándate con ojo, no vayas a acabar volviendo a huir acojonado por verte acorralado. Besis.