Mi Experiencia en el Parto

No os alarméis, soy chico nací con pene y aún lo conservo así que, propiamente dicho, no he tenido el "placer" de parir. Hoy día se comparte todo en la pareja, desde el primer minuto del embarazo y ya esta noticia se comunica con un "Estamos embarazados". Pues bien, seguimos compartiendo todo y el parto de mi mujer será el mío y os cuento cómo lo viví yo. Antes de nada, os dejo el enlace al blog de mi esposa porque ella ya ha escrito su post correspondiente con su experiencia .



Todo comenzó la madrugada del martes 29 al miércoles 30 de Marzo de 2016, cuando dormía plácidamente puesto que entraba a trabajar a la mañana siguiente a las 9 de la mañana. Cabe destacar que aún no vivíamos juntos así que ella estaba en su casa y yo en la mía, además que aún le faltaba una semana para cumplir. Alrededor de las 3 de la madrugada noto el teléfono vibrar y mi primera reacción es maldecir a los dioses por lo rápido que se me había pasado la noche. De repente algo irrumpe en mi habitación, ese algo era mi madre y yo con el teléfono ya en la mano vi que no era el despertador sino una llamada de mi mujer. Sí, había roto aguas y parecía que la pequeña Valeria ya había decidido salir. Rápidamente nos vestimos y fuimos hasta la casa de mi mujer, ya ahí yo compartí coche con mi suegra y mi esposa y salimos para el hospital con el coche de mis padres escoltándonos. 

Una vez en el hospital la montaron en una silla de ruedas, que no me dejaron conducir por cierto, y nos llevaron hasta maternidad donde le hicieron la primera exploración y vieron que la bolsa estaba rota, pero ella tan pancha sin dolor alguno. Nos mandan a una habitación y lo primero que vemos es a un señor tumbado en la cama, era la pareja de la mujer de al lado que con muy poca consideración había decidido usurpar la cama y usarla para su disfrute. El celador le echó un rapapolvos y le dio las sabanas para que las cambiara el mismo (cosa que me parecería bien de no ser porque si ese tipo hace la cama a mala gana la que sale perjudicada es mi señora, no el cazurro usurpador de camas).

Pues bien, pasamos toda la noche en el hospital sin que tuviera grandes contracciones y buena parte del día siguiente hasta que ya se deciden por empezar a provocarle el parto. No sé muy bien que llevan las cosas que le meten para provocar un parto pero si sé que mi mujer mutó en la niña del exorcista. Empezó a sentir contracciones muy fuerte y yo solo intentaba consolarla pero su respuesta era un gran bramido. Por ejemplo le decía: "cariño ya se va a pasar", a lo que ella me contestaba: "Qué coño se va a pasar ni se va a pasar, esto no se pasa" y yo optaba por callarme la boca (cualquiera rechistaba). Contracciones y contracciones pero ella no dilataba, el dolor en aumento y ya le iba pidiendo la epidural hasta a la limpiadora que pasaba por la habitación (100% real, no fake). 

Cuando por fin le pusieron la epidural pudo descansar un poco cosa que yo no, que soy de sueño fácil pero en una silla pues como que difícil. Así que iba a por café, fumaba, café, fumaba, iba al baño y así una noche completa más. Por allí solo pasaba la matrona de turno con alguna compañera y se comentaban una a la otra que aquello no avanzaba, con las mismas se iban y hasta la próxima. La tranquilidad duró poco ya que la epidural dejó de hacer efecto y volvieron los dolores insufribles y así hasta que ya a las 10 de la mañana del jueves 31 de Marzo, por fin, decidieron hacerle la cesárea. Fue un auténtico palo porque yo quería entrar al parto y ya se sabe que siendo cesárea no te dejan pasar. La verdad que en una situación normal me hubiera dolido más perderme el momento pero en aquellos momentos, tras más de 30 horas allí fue una bendición. Por fin iba a acabar todo, por fin iban a cesar los dolores y por fin podríamos verle la cara a mi niña. Recuerdo salir totalmente derrumbado a dar la noticia a los familiares que estaban fuera pero eran ya lágrimas de alivio, de ver el final a aquel túnel tan largo.

La intervención fue bastante rápida, no había pasado ni media hora cuando salió la matrona a llamarme y me avisó de que ella estaba bien, que había salido todo perfecto y que ya habían dejado un rato al bebé con su mamá. Me dijo que esperara dentro que en poco salía mi niña que era preciosa y me dio los detalles de cuánto había pesado y medido, cosa que ni le presté atención en aquellos momentos. Y así fue, al poco se acercó a mi una incubadora, que ya me avisaron que estaba ahí por ser cesárea no por nada malo, y allí estaba mi pequeña, el ser más bonito que había visto jamás y la que daría un vuelco total a mi vida. Me dieron mi carnet de padre con el que podía ir arriba a ver a mi niña y pasar mis primeros momentos con ella. Y así es como vino al mundo mi hija haciéndonos sufrir muchas horas antes de poder empezar a disfrutar de ella. Durante la agonía, mi mujer me decía "ni uno más, ni uno más" pero luego al pasar  todo y decirle que si tiene otro la cesárea se la programan estamos convencidos de que, más tarde que pronto, Valeria tendrá un/a hermanito/a.

Así viví nuestro parto, una experiencia dura pero a la vez gratificante y feliz porque desde entonces dejamos de ser 2 para ser 3 y formar la familia que siempre habíamos deseado. Recordad que me podéis dejar vuestras opiniones en comentarios y que os he dejado el link con el post de mi mujer en su blog para que conozcáis más datos que se me hayan podido pasar a mi. ¡Nos vemos en el siguiente post!


Comentarios

  1. Que bonita experiencia pero que dura a la vez, pero lo que estoy totalmente segura es de que nos cambió la vida. Valeria y tú sois mi vida. Te quiero

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